
Behemot

El Behemot es una criatura bíblico-rabínica que aparece en el Libro de Job (capítulos 40 y 41) y posteriormente en la literatura rabínica. Originalmente, se presenta como una manifestación del poder ilimitado y la incomprensibilidad de Dios, un ser de proporciones colosales que desafía la capacidad de entendimiento humano. La descripción del Behemot se caracteriza por su tamaño, fuerza y atributos físicos extraordinarios, lo que ha generado durante siglos un debate sobre su significado y posible identidad. Este artículo explorará la descripción del Behemot en el Libro de Job, su interpretación en la literatura rabínica, las diversas teorías sobre su posible identidad y su relevancia simbólica en el contexto religioso y filosófico.
Este artículo se propone analizar en profundidad la figura del Behemot, desglosando su descripción textual, examinando las diferentes interpretaciones ofrecidas a lo largo de la historia y considerando su impacto en el pensamiento religioso y filosófico. Se abordarán aspectos como la relación entre el Behemot y el Soyef (el ángel de Dios), la función del Behemot como un desafío a la comprensión humana, y las diversas teorías sobre su posible representación, incluyendo animales reales y criaturas míticas. Además, se examinará la influencia del Behemot en el arte, la literatura y el pensamiento religioso.
Descripción en el Libro de Job

El Libro de Job presenta al Behemot como una criatura que aparece repentinamente en el escenario, desafiando a Job a discutir sobre su naturaleza. La descripción de Dios del Behemot es extremadamente detallada, enfatizando su tamaño, fuerza y poder. La intención de esta descripción no parece ser simplemente presentar una criatura impresionante, sino más bien ilustrar la inmensidad de Dios y su dominio sobre todas las cosas. La presentación del Behemot es un acto deliberado de Dios para demostrar su superioridad y la insignificancia de Job en comparación.
La descripción física del Behemot es asombrosa. Se le describe con una cola que se asemeja a un cedro en movimiento, lo que implica una fuerza y una capacidad de destrucción inmensas. Sus huesos están hechos de bronce, lo que sugiere una dureza y resistencia extraordinarias. Se le atribuye una fuerza comparable a la de un elefante, pero amplificada a niveles inimaginables. Además, se le describe con una voz que hace temblar las montañas y con la capacidad de destruir todo lo que encuentra a su paso. La descripción del Behemot es deliberadamente exagerada, buscando impactar al lector y transmitir la idea de un poder divino incomprensible.
La aparición del Behemot es un evento dramático que sirve para intensificar la confrontación entre Job y Dios. Dios se presenta como el creador de todas las cosas, incluyendo al Behemot, y se afirma que Job no es más que una simple criatura. La aparición del Behemot es un recordatorio de que Dios está más allá de la comprensión humana y que cualquier intento de desafiar su poder es inútil. La descripción del Behemot es, por lo tanto, una herramienta para reforzar la autoridad de Dios y la humildad de Job.
Interpretaciones Rabínicas
En la literatura rabínica, el Behemot se convierte en un símbolo de la inmensidad de Dios y su poder ilimitado. A diferencia de la descripción en el Libro de Job, donde el Behemot se presenta como una criatura física, en la literatura rabínica se le considera una metáfora de la grandeza y el misterio de Dios. La idea central es que el Behemot representa la totalidad del poder divino, algo que es inherentemente incomprensible para el ser humano.
En el Talmud, el Behemot se utiliza para ilustrar la idea de que Dios está más allá de la capacidad de la razón humana. Se le describe como un ser que posee una fuerza y un poder que desafían toda descripción. La referencia al Behemot se utiliza para enfatizar la necesidad de la humildad y la reverencia ante Dios. Se considera un recordatorio de que el ser humano no debe presumir de su inteligencia o capacidad, sino más bien reconocer su propia insignificancia en la presencia de Dios.
Además, el Behemot se asocia con la idea del Soyef, el ángel de Dios que se encarga de ejecutar la voluntad divina. Se cree que el Soyef se manifiesta a través del Behemot, lo que refuerza la idea de que Dios está presente en todas las cosas y que su poder se extiende por todo el universo. Esta asociación también implica que el Behemot es un instrumento de Dios, utilizado para llevar a cabo sus designios.
Teorías sobre la Identidad del Behemot
A lo largo de la historia, se han propuesto diversas teorías sobre la posible identidad real del Behemot. Originalmente, se creía que se trataba de una criatura real, y se han sugerido varias posibilidades, incluyendo animales reales como el hipopótamo, el cocodrilo, el rinocero o incluso un dinosaurio, en particular el braquiosaurio. Estas teorías se basaban en la descripción física del Behemot en el Libro de Job, que se asemejaba a un animal grande, poderoso y con una cola que se asemejaba a un árbol.
La teoría del hipopótamo es particularmente popular, debido a la apariencia robusta y la fuerza del animal. Se argumenta que la cola del Behemot podría representar la raíz del hipopótamo en el agua, y que su fuerza y tamaño se corresponden con las características del animal. Sin embargo, esta teoría ha sido cuestionada por algunos estudiosos, quienes argumentan que la descripción del Behemot es demasiado exagerada para corresponder con las características de un hipopótamo real.
La teoría del dinosaurio ha ganado popularidad en tiempos recientes, debido a los descubrimiento de fósiles de dinosaurios gigantes. Se argumenta que el Behemot podría representar un braquiosaurio, un dinosaurio herbívoro que alcanzaba alturas impresionantes. Esta teoría se basa en la idea de que el Behemot era una criatura de proporciones colosales, lo que se corresponde con las características del braquiosaurio. No obstante, la descripción del Behemot en el Libro de Job es tan detallada y específica que dificulta la identificación de una criatura real.
Simbolismo y Significado
El Behemot es un símbolo rico en significado, que ha sido interpretado de diversas maneras a lo largo de la historia. En su forma más básica, el Behemot representa el poder ilimitado de Dios y su dominio sobre todas las cosas. Es un recordatorio de que Dios está más allá de la comprensión humana y que cualquier intento de desafiar su poder es inútil.
El Behemot también puede interpretarse como un símbolo de la fuerza y el poder de la naturaleza. Es un recordatorio de que la naturaleza es poderosa e impredecible, y que el ser humano debe tener respeto por ella. La descripción del Behemot como un animal con una fuerza y un poder que desafían toda descripción puede interpretarse como una metáfora de la fuerza de la naturaleza.
Además, el Behemot puede considerarse un símbolo de la humildad. La aparición del Behemot ante Job sirve para recordarle su propia insignificancia y la necesidad de reverenciar a Dios. La confrontación entre Job y el Behemot es, por lo tanto, una historia sobre la importancia de la humildad y la aceptación de la propia limitación.
El Behemot es un símbolo complejo y multifacético, que ha sido interpretado de diversas maneras a lo largo de la historia. Es un recordatorio del poder ilimitado de Dios, la fuerza de la naturaleza y la importancia de la humildad.
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