Susano

Dios del Torrente y la Tempestad
Victorian era ilustración de Susanoo
ÍNDICE

Susanoo, también conocido como Ōkami (Gran Dios), es una figura central en la mitología japonesa, específicamente dentro del panteón de la Yomi no Izumo Okami (Dioses de la Izquierda de la Tierra). Es una de las deidades más complejas y a menudo contradictorias de la cosmogonía japonesa, representando la fuerza destructiva, el caos, la tormenta y la oscuridad, en marcado contraste con su hermano gemelo, Amaterasu, la deidad del sol y el orden. Su origen, su relación con Izanagi y su constante conflicto con Amaterasu han moldeado la comprensión de la dualidad inherente al universo japonés y han influido profundamente en la literatura, el arte y las creencias populares a lo largo de la historia.

Este artículo pretende ofrecer un análisis exhaustivo de Susanoo, explorando su origen mitológico, sus atributos, sus acciones, su relación con otras deidades y su impacto en la cultura japonesa. Se examinarán las diversas interpretaciones de su personaje, desde el demonio destructor hasta el protector de la humanidad, y se analizarán las razones detrás de su exilio y su papel en la creación y el mantenimiento del orden cósmico. Se proporcionará un contexto histórico y cultural para comprender mejor la importancia de Susanoo en la mitología japonesa, y se abordarán las diferentes perspectivas que se han ofrecido a lo largo de los siglos.

Origen Mitológico y Creación

Ilustración con Origen Mitológico y Creación de Susanoo, la deidad mitológica del mar y torrentes.

Susanoo fue creado durante el ritual de purificación de Izanagi (el Gran Dios) en el mar. Este ritual, narrado principalmente en el Kojiki (Libro de los Logros) y el Nihon Shoki (Libro de los Registros del País), es fundamental para comprender el origen de todas las deidades japonesas. Izanagi, en un intento de limpiar el mar y crear tierra firme, se bañó, lo que provocó que se separara de su esposa, Izanami (la Diosa de las Encantadoras), quien estaba en el proceso de dar a luz a numerosos dioses. La creación de los dioses, sin embargo, estaba siendo interrumpida y la situación se volvía cada vez más caótica.

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Para solucionar este problema, Izanagi se embarcó en un ritual de purificación, un proceso que implicaba la limpieza de un pequeño santuario. Durante este ritual, Izanagi utilizó una rama de sauce para remover las aguas turbias y, al hacerlo, una mano de su propio cuerpo se sumergió en el agua. De esta mano surgió Susanoo, el dios de la tormenta, el viento y la oscuridad. Simultáneamente, de la otra mano surgió Tsukuyomi, el dios de la luna. Este acto de creación, realizado por Izanagi, es la base de toda la genealogía divina japonesa, estableciendo las relaciones entre las deidades y su papel en la estructura del cosmos. La creación de Susanoo y Tsukuyomi representa la dualidad inherente al mundo, con Susanoo representando la fuerza bruta y el caos, y Tsukuyomi la serenidad y la contemplación.

Atributos y Simbolismo

Ilustración vintage de Susanoo, la deidad Shinto asociada con torrentes y tormentas. Representa fuerza, protección y sabiduría en la mitología japonesa.

Los atributos de Susanoo reflejan su naturaleza caótica y destructiva, pero también poseen un simbolismo complejo que lo convierte en una deidad multifacética. Principalmente, se le asocia con la tormenta, el viento, la oscuridad, la lluvia, el trueno y el relámpago. Estos elementos se consideran manifestaciones de su poder y su influencia sobre el mundo natural. Se le representa frecuentemente con un tridente, un símbolo de su dominio sobre el mar y el cielo, y a veces se le representa con un casco de bronce, que simboliza su poder y su capacidad para ocultar su verdadera naturaleza.

Además de estos atributos más obvios, Susanoo también está asociado con la destrucción de la Koto no Kane (la Casa de la Creación), un santuario que había sido construido por Izanagi para honrar a Amaterasu. Esta destrucción, aunque vista como un acto de desafío y rebelión, también se interpreta como una purificación necesaria, un acto de limpieza para eliminar el estancamiento y el caos. El simbolismo de la destrucción en Susanoo no es simplemente destructivo; es una fuerza transformadora, un proceso de renovación a través de la aniquilación del viejo para dar paso al nuevo. También se le asocia con la fertilidad, aunque de una manera más salvaje e incontrolable que la de Amaterasu, representando la fuerza vital que impulsa el crecimiento y la abundancia.

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El Conflicto con Amaterasu

El conflicto entre Susanoo y Amaterasu es uno de los elementos más centrales de la mitología japonesa. Este conflicto, que se desarrolló a lo largo de siglos, es una representación simbólica de la lucha entre el orden y el caos, la luz y la oscuridad, la armonía y la disonancia. La raíz del conflicto se encuentra en la naturaleza fundamentalmente diferente de las dos deidades, pero también en la percepción que cada una tenía del otro.

Inicialmente, Susanoo era visto como el protector de la humanidad, mientras que Amaterasu era considerada la deidad suprema, responsable del orden y la prosperidad. Sin embargo, la naturaleza caótica de Susanoo y su tendencia a causar desastres y destrucción lo llevaron a ser percibido como una amenaza para el orden establecido. El punto de inflexión del conflicto se produjo cuando Susanoo destruyó la Koto no Kane, el santuario de Amaterasu, un acto que se consideró una ofensa grave y una rebelión directa contra el orden divino.

La Exilio y la Oscuridad

Ilustración vintage de La Exilio y la Oscuridad de Susanoo, el Dios de las Corrientes y Tormentas en la mitología japonesa.

Tras la destrucción de la Koto no Kane, Susanoo fue exiliado del santuario y, posteriormente, del mundo, por orden de Amaterasu y otros dioses más conservadores. Este exilio marcó el inicio de un período de oscuridad y tormenta en el mundo, ya que Susanoo, desposeído de su santuario y de su poder, se desató en el mundo, causando desastres naturales, inundaciones y otras calamidades. Este período se describe en el Kojiki como un tiempo de gran sufrimiento y desesperación para la humanidad.

Durante este exilio, Susanoo se refugió en el Yomi (el Infierno), el reino de la diosa Izanami, su madre. Esta estancia en el Yomi lo transformó, intensificando su naturaleza caótica y su conexión con la oscuridad. Se dice que durante este tiempo, adquirió una apariencia aún más monstruosa y que su poder se incrementó considerablemente. El exilio de Susanoo no solo fue una sanción divina, sino también una prueba de su fuerza y su capacidad para sobrevivir en las condiciones más adversas.

La Participación en la Creación del Mundo

Ilustración con Susanoo, el dios japonés asociado con el poder torrencial y la creación del mundo.

A pesar de su exilio y su naturaleza destructiva, Susanoo jugó un papel crucial en la creación y el mantenimiento del mundo. Después de su regreso al mundo, se le encomendó la tarea de crear la isla de Shikokuyama, que se convirtió en la base de la civilización japonesa. Esta tarea, aunque realizada con su habitual fuerza y torpeza, demostró su valor y su capacidad para contribuir al bienestar de la humanidad.

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Además, Susanoo es considerado el creador de los Kasa (los primeros humanos), aunque la forma en que realizó esta tarea es objeto de debate entre los eruditos. Algunas versiones de la leyenda afirman que Susanoo creó a los humanos a partir de barro, mientras que otras afirman que los creó a partir de la sangre de Izanami. Independientemente de la forma en que se creó a los humanos, Susanoo es reconocido como el progenitor de la humanidad, un papel que contrasta con su imagen como un dios caótico y destructivo.

La Relación con el Yomi

La relación de Susanoo con el Yomi es una de las más complejas y fascinantes de la mitología japonesa. El Yomi es el reino de la muerte y la oscuridad, gobernado por la diosa Izanami, la esposa de Susanoo y su madre. La relación de Susanoo con el Yomi es una mezcla de amor, respeto y conflicto.

Susanoo visitaba regularmente el Yomi, a menudo para reunirse con Izanami y para recibir su bendición. Sin embargo, estas visitas también estaban marcadas por conflictos y tensiones, ya que Izanami representaba la oscuridad y la muerte, mientras que Susanoo representaba el orden y la vida. La relación de Susanoo con el Yomi es una representación simbólica de la lucha entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad, el orden y el caos. Es una relación que refleja la naturaleza dual de la existencia y la importancia de equilibrar las fuerzas opuestas.

Susanoo es una de la deidades más complejas y multifacéticas de la mitología japonesa, un dios de la tormenta, el caos y la destrucción, pero también un protector de la humanidad y un creador del mundo. Su historia es una representación simbólica de la lucha entre las fuerzas opuestas y la importancia de equilibrar el orden y el caos.

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Elena Collazo

Redactora de Mitología Universal

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