Susanoo

Dios del Mar y las Batallas
Ilustración vintage de Susanoo
ÍNDICE

Susanoo, también conocido como Ōkami-no-Susanoo, es una de las deidades más importantes y complejas de la mitología japonesa. Originario de la creación divina, es el hermano gemelo de Izanagi, y su relación, marcada por el conflicto y la discordancia, es fundamental para comprender la estructura y los principios del panteón japonés. Más allá de su rol como dios del mar, las tormentas y la guerra, Susanoo representa la fuerza bruta, el caos, la imprevisibilidad y la necesidad de equilibrio en el cosmos, características que lo convierten en una figura central en la cosmogonía y la religión shintoísta. Este artículo explorará en detalle su origen, sus acciones, su relación con Izanagi y su impacto en la cultura y la mitología japonesa.

Este artículo se propone ofrecer un análisis exhaustivo de la figura de Susanoo, desglosando sus atributos, sus acciones y su significado dentro del contexto de la mitología japonesa. Se examinarán las fuentes primarias, como el Kojiki y el Wa-Yama-Kotowari, así como las interpretaciones secundarias, para proporcionar una visión completa de este dios complejo y a menudo contradictorio. Se abordarán aspectos como su origen en el ritual de purificación, sus batallas contra monstruos, su relación con la fertilidad y la destrucción, y su simbolismo en la cultura japonesa. Además, se analizarán las diversas representaciones artísticas de Susanoo a lo largo de la historia, que reflejan su naturaleza cambiante y su importancia en la imaginación popular.

Origen y Creación

Susanoo surgió del ritual de purificación realizado por Izanagi y Izanami, los dioses creadores. Este ritual, descrito en el Kojiki, buscaba limpiar los cuerpos de los dioses tras el nacimiento de sus hijos, los espíritus de la fertilidad, las Inari. Durante el ritual, Izanagi se sumergió en una cascada llamada Tamozawa, un lugar sagrado y purificador, mientras que Izanami se adentró en las aguas. Este acto, sin embargo, provocó que Izanagi se sintiera incómodo y, al intentar salir del agua, vio el reflejo de Izanami.

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La imagen de su hermana, que estaba en pleno proceso de transformación para convertirse en la diosa de la creación, le causó un fuerte rechazo. Este rechazo, aunque involuntario, fue un acto fundamental en la creación de Susanoo. Al intentar escapar de la visión de Izanami, Izanagi se encontró con un nuevo dios, nacido del agua y del rechazo, un dios asociado al mar, las tormentas y la guerra. Este nacimiento, aunque producto de un acto de repulsión, es crucial para entender la estructura del panteón japonés, ya que Susanoo representa la fuerza y el caos que se oponen al orden y la armonía de Izanagi.

La creación de Susanoo no fue un evento aislado; estuvo intrínsecamente ligado a la creación de otros dioses menores, conocidos como kami, que surgieron de las gotas de agua que salpicaron el cuerpo de Izanagi al salir de la cascada. Estos kami menores, a su vez, se convirtieron en los guardianes de diversos aspectos del mundo natural, desde los ríos y las montañas hasta los campos y los animales. La cascada de Tamozawa se convirtió, por lo tanto, en un lugar de gran importancia religiosa, un lugar de origen y transformación, donde el orden y el caos se encuentran y se manifiestan.

La Relación con Izangani y la Discordia

Imagen vintage que representa La Relación con Izangani (Izanami) y la Discordia de Susanoo (Susanoos Discordance), ambos personajes de la mitología japonesa.

La relación entre Susanoo e Izanagi es una de las más complejas y fundamentales de la mitología japonesa. Desde su nacimiento, la discordia entre los hermanos ha sido una constante, alimentada por sus diferencias de personalidad y sus roles en el cosmos. Izanagi, el dios del orden, la armonía y la pureza, representaba el principio de la creación y el mantenimiento del equilibrio, mientras que Susanoo, el dios del caos, la guerra y la destrucción, representaba la fuerza transformadora que inevitablemente perturba el orden.

La discordia entre los hermanos se manifestó en numerosas ocasiones a lo largo de la mitología. Una de las historias más famosas es la de la batalla entre Susanoo y Izanagi por el control de la Yasakani, la diosa de la fertilidad y la prosperidad. Susanoo, impulsado por su temperamento voluble y su deseo de dominar, atacó el santuario de Izanagi, profanándolo y causando un gran escándalo. Esta acción, aunque impulsiva, es un reflejo de la lucha entre el orden y el caos, la fuerza y la armonía.

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La relación conflictiva entre los hermanos también se refleja en sus roles como padres de los kami de la fertilidad. Susanoo, a pesar oficiosamente, era responsable de la creación de los kami de la fertilidad, pero su forma de hacerlo era a menudo destructiva y caótica, causando inundaciones y desastres naturales. Izanagi, por su parte, intentaba controlar y mitigar los efectos de las acciones de Susanoo, pero sin éxito. Esta dinámica refleja la naturaleza dualista del mundo japonés, donde el orden y el caos son vistos como fuerzas complementarias y necesarias para el funcionamiento del cosmos.

Las Batallas y la Destrucción

Susanoo es conocido por su papel como guerrero formidable y destructor. Sus batallas contra monstruos y demonios, así como sus acciones de profanación y destrucción, son una parte integral de su leyenda. Estas acciones no son simplemente actos de violencia aleatorios, sino que representan la fuerza transformadora del caos, la capacidad de romper el orden establecido y de crear nuevas posibilidades.

Uno de los monstruos más famosos con los que Susanoo luchó fue el Yamata no Orochi, una serpiente de ocho cabezas que representaba el caos y la destrucción. Susanoo, armado con la Kusanagi, una espada que había obtenido de Izanagi, derrotó a la serpiente y la cortó en dos, liberando a la diosa Tsukuyomi del sol. Esta batalla es un ejemplo clásico de cómo Susanoo utiliza su fuerza y su valentía para vencer a las fuerzas del caos y restaurar el orden.

Además de luchar contra monstruos, Susanoo también es conocido por profanar santuarios y templos, un acto que consideraba una forma de purificación. En la historia de la profanación del santuario de Yasakani, Susanoo entró en el santuario y profanó la diosa, causando un gran escándalo. Aunque este acto fue considerado una transgresión, también se interpreta como una forma de romper con las convenciones sociales y de desafiar el orden establecido. Esta acción, aunque controvertida, es un reflejo de la naturaleza impredecible de Susanoo y de su capacidad para desafiar las normas sociales.

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Los Símbolos y los Aspectos de Susanoo

Vintage ilustración japonesa que representa a Susanoo, la deidad del mar y batallas, simbolizando su papel en ambos aspectos como Los Símbolos y los Aspectos.

Susanoo está asociado con una serie de símbolos y aspectos que reflejan su naturaleza dual y su papel como dios del caos y la destrucción. Estos símbolos y aspectos son fundamentales para comprender la naturaleza de Susanoo y su papel en la mitología japonesa.

La Kusanagi, la espada que Susanoo obtuvo de Izanagi, es uno de los símbolos más importantes asociados con él. La Kusanagi representa la fuerza, el coraje y la capacidad de derrotar al caos. La espada también simboliza la capacidad de Susanoo para transformar el caos en orden, para utilizar la destrucción como un medio para la creación.

Además de la Kusanagi, Susanoo está asociado con otros símbolos, como el mar, la tormenta y la oscuridad. El mar representa el caos y la inmensidad del universo, mientras que la tormenta simboliza la fuerza y la impredecibilidad del clima. La oscuridad, por su parte, representa el potencial de la destrucción y la transformación.

Susanoo también está asociado con una serie de aspectos, como la valentía, el coraje, la fuerza y la inteligencia. Aunque su temperamento voluble y su tendencia a la destrucción lo convierten en un personaje controvertido, también es admirado por su valentía y su capacidad para superar los desafíos.

Susanoo es un personaje complejo y multifacético de la mitología japonesa, un dios del caos y la destrucción, pero también un símbolo de valentía, coraje y transformación. Su leyenda es un reflejo de la naturaleza dualista del mundo japonés, donde el orden y el caos son vistos como fuerzas complementarias y necesarias para el funcionamiento del cosmos.

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Elena Collazo

Redactora de Mitología Universal

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